Alba Escudero Hernández
El legado de mi abuelo nos habla del gran tesoro que los abuelos nos dejan: de su sabiduría, de su ejemplo de vida y, en este caso, de su riqueza en el cuidado del olivar.
Desgrana así, cada uno de los componentes imprescindibles para la recogida de la aceituna y cómo cada uno de ellos son un ingrediente mágico para disfrutar del rico tesoro líquido que se obtiene de la recolecta. Además, en este relato se detallan de una manera muy humilde y humana los entresijos de cada momento que trae consigo un día entre los olivos.
Este relato nos da una lección de vida, nos recuerda el tesoro escondido que tenemos a nuestro alrededor en las tierras de Andalucía y que, a veces, ponemos poco en valor. Nos perpetúa también la importancia de dejar huella, de reinventarse, de crear y de querer con todas nuestras fuerzas. Por último, nos hace conmemorar el legado que nos dejan nuestros padres y abuelos, como los viejos olivos de nuestros campos andaluces, con mucho sufrimiento a sus espaldas, con mucho coraje y valentía y con una lucha impresionante para seguir rasgando y encontrar un futuro mejor para sus descendientes, siempre llenos de vida y de historias que tocan el alma.
El abuelo, el olivo, un gran tesoro que preservar y que amar.
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