
93. Nieve en el camino
Cuando los dos amigos volvieron a verse después de terminar la carrera, uno de ellos tenía el pelo blanco, como si acabase de nevarle encima, y el otro es posible que lo hubiese ido perdiendo por el camino o que lo guardase en el cajón de la mesilla y solo lo utilizase de vez en cuando ¿Quién lo sabe? Tras darse un abrazo largo, como si no pensaran volver a separarse, el hombre de nieve fue el primero en preguntar por la vida y la familia. El del camino dijo que residía en Jaén por motivos laborales, no tenía hijos y había perdido a su esposa dos años atrás en un accidente de tráfico. El hombre de nieve le dio el pésame y tras un momento de silencio quiso saber cómo había sido aquella mujer. El hombre del camino negó con la cabeza, como si estuviera buscando a un lado las palabras precisas y al otro las necesarias para explicárselo. Terminó preguntándole si podía imaginarse un olivar a mediados de mayo.
─Claro que puedo.
─Pues así era ella, un subconjunto de toda la belleza.
El hombre de nieve asintió, los dos habían estudiado ciencias exactas.