63. Cruento olivar

Calipso

 

Era una noche de luna llena y el olivar se extendía como un manto plateado bajo su luz. Un joven caminaba entre los árboles, admirando su belleza y su aroma. Le gustaba pasear ahí pues le recordaba a su hogar, en donde había aprendido el arte de hacer aceite de oliva, un producto muy apreciado para su país.

Oculto entre las sombras, le seguía un caníbal que había escapado de las mazmorras. Tenía hambre y quería devorarlo. Se acercó sigilosamente y cuando lo creyó oportuno, saltó sobre él. El muchacho lo sorprendió a tiempo y se inició una feroz lucha que hizo temblar el olivar. Los olivos se estremecieron, sus frutos cayeron al suelo y el aceite brotó de las aceitunas.

El joven era más ágil pero el caníbal era más fuerte. La pelea duró varios minutos, hasta que el muchacho, con una piedra, logró asestarle un golpe mortal. El caníbal cayó al suelo, y soltó un último alarido. El joven lo vio agonizar mientras respiraba agitado. Había salvado su vida a costa de manchar el olivar con la sangre de su agresor. ¿Los olivos lo perdonarían por haber profanado su sagrado lugar?