
119. Amores escondidos
Más de una vez me he preguntado cómo puede ser posible que estando tan cerca de ella, tan a su alcance y ella tan al mío, siempre la sintiera tan lejos. Es curioso cómo la realidad y lo que sentimos no siempre van a la par. ¿Cómo es posible que estés a unos escasos diez centímetros de mí pero yo sea incapaz de entrelazar tu mano con la mía?.
Me gusta pensar que lo que yo siento por ti y todas estas emociones que se arremolinan y descontrolan cuando te veo es lo mismo que te pasa a ti cuando te acercas; pero, sinceramente, no lo creo. Nos miramos de maneras tan distintas que en ocasiones siento que somos incapaces de vernos. ¿Sabrá lo que siento?
Y es que me enamoraron los mimos con los que me trata y el cariño con el que me acaricia y cuida, porque no es nada más que amor lo que me regala cada día.
Me encantaría que viera que soy más que un simple olivo, pero mientras tanto seré feliz dejando que recoja las aceitunas y me sonría creyendo que no puedo verla y no me enamoro cada día un poco más.