83. Despensa

Juan José Castellano Toro

 

Estupefacto, escuché el siguiente diálogo en la vieja despensa de mi cocina: El bote de aceite de girasol le decía al resto de botes de la despensa: -No os juntéis con el bote de aceite de oliva virgen, que siempre que hay un plato especial, gourmet o cuando se quieren lucir, siempre lo eligen a él. -El aceite de coco, el aceite de trufa y el aceite de sésamo asintieron con la cabeza rojos de envidia, el vinagre de Jerez iba a estallar de rabia.

-Cada gota de mi esencia es una sinfonía, -dijo el bote de aceite de oliva virgen -Soy la élite culinaria, la esencia de la alta cocina, aquí, y en Pekín, soy arte líquido. Vosotros, solo ingredientes, yo soy arte culinario, cada uno de nosotros tenemos nuestro lugar en la cocina, no es lo mismo dar un cierto toque especial, que ser el alma de casi cualquier plato. ¿alguna diosa griega levantó una ciudad en torno a ustedes, sois símbolo de paz y prosperidad, salís en la Biblia, vivís miles de años, sois considerados medicina? Dijo con una arrogancia tan densa como su propio cuerpo. Los demás botes callaron y otorgaron.