64. El aceite de oliva que rebosa por tus senos

Cristina Ramos Ruiz

 

Tú eres esa lumbre que arde por su cuerpo, ella de cuatro frente a ti, literalmente se agarra a su boca, en la cama, apostado a ella, coge con sus dedos y se los unta con aceite de oliva, se los lleva a su boca y poco a poco lo desliza por su hermoso torso tierno. le pide más aceite que sea empapado, le pide, que empape, que empape bien…. le gusta escucharte que le pida más aceite y que sea de oliva virgen extra, le gusta su voz en su oído, su barba al coincidir le produce escalofríos, sus manos con aceite de oliva se dirigen hacia sus cabellos rubios, convirtiéndose en un color dorado, precioso, hace un ligero balanceo y se dirige hacia sus despampanantes senos.

Él le dice, me encanta tu mirar, y que me hagas sentir hombre, aquí contigo, con este aceite que nos enaltece nuestro más profundo amor sentido y consentido. Sentirte aquí, y que sea todo ambiguo, especial y sobre todo único. 

Usa la lengua para probar, degustar ese aceite que nos empape, que nos de ese aroma de sencillez y delicadeza que tanto necesitamos. Sólo tú, di que lo sabes, que la dejas mojada, con tu lengua, gírala despacio, sin miedo, vuelve a chupar, a devorar, a tomarla con ese aceite impregnada porque solo tú puedes tocarla, sin necesidad de usar las manos, con tu risa y el aroma impregnado la hace reír y feliz.