39. La apuesta del gnomo

Iskandar

 

Cuentan… que en las antiguas Tierras de Jaén, había un Milenario Olivo al que transeúntes y animales del bosque acudían a consultar. El Olivo era muy conocido por su inmensa sabiduría. Un pícaro gnomo de barba larga, anhelando el aceite de aquellos Olivares, decidió jugarle una apuesta al Sabio Olivo.

Acariciando su cara arrugada, en su ferviente corazón nació el deseo de aquel aceite para humectarse y así limpiar impurezas en su maltratado rostro….

Oh, Señor de la Sabiduría, dijo elegantemente, tú que conoces los secretos del tiempo y de las cosas, podrías responder este acertijo???…

A cambio de qué? murmuró el Olivo…

Por Atenea, prosiguió el gnomo, que todo el aceite de tus frutos es mi vehemente anhelo y largó su carcajada maliciosa. Qué es lo mas barato, popular y comestible entre los Hombres?…

¡El Chisme! afirmó el Olivo….

El gnomo se revolcó en la tierra maldiciendo y sin darse por vencido. Árbol Bendito, agregó el gnomo, si Vuestra Merced responde bien otra vez y yo pierdo, cuidaré en Jaén tus Olivares y cosecharás las mejores aceitunas, de aquí saldrá el mejor Aceite de Oliva extra Virgen para el Nuevo Mundo.

Así sea, sentenció el milenario Árbol…

Rascando su barba el gnomo y seguro de su victoria y conocedor de las costumbres del lugar, gritó:

Complete si puede Olivo el Melenchón de Jaén….

Anda diciendo tu Madre

que tienes un Olivar

el Olivar que tú tienes

es que te quieres casar….

El Olivo respondió.

Anda, vete, no te vayas

métete en el aguero

que si vienen: la justicia

le diré que es un mochuelo…..

Y surgió de Jaén, su Aove…..