238. Un verano de oliva

Osvaldo Reyes

 

Quizás sea yo un hombre sin sentido, quizás un hombre olvidado de la faz de la tierra. No le importo nada a aquel que ahora toma el mando. Soy un simple esclavo en este olivar. Mi único beneficio es mi salud, me nutro de aceite de oliva, mi alma esta limpia, mi cuerpo sano. No quiero describir la alegría que siento en mi cuerpo, ni la sazón de la tierra cuando plantábamos los titos de las aceitunas, que haría surgir un nuevo árbol con el paso del tiempo. es la naturaleza, con la que manteníamos una simbiosis, la que nos hacía sobrevivir, quizás a través del aceite, con propiedades que hacen a un humano ser más feliz y vivir por mucho más tiempo. Aquí, en tierra de olivos la gente muere con 80 años a pesar de llevar años trabajando en el campo, allá, en la meseta, sobreviven si quiera a la juventud. Allá no hay tal manjar. Mis hijos quizás no te conozcan, pero a mi sí, será el aceite de oliva, que me hace ser fiel a mis principios.