179. El olivo salvó la Comedia
La Filosofía no había nacido cuando algunos de los olivos hoy vivos ya estaban aquí. Dicho de otro modo, la historia que un olivo puede esconder es tanta como la que hace la Historia de la Filosofía. Literalmente.
Alba nunca imaginó que el milenario olivo de su finca guardara un secreto. Siguiendo la historia de su abuelo, encontró en su tronco un hueco profundo, y dentro, una caja de madera de nogal. Al abrirla, descubrió algo que el mundo creía perdido: libros antiguos, entre ellos «La Comedia» de Aristóteles, la obra que, según cuenta la leyenda, desapareció tras un incendio en la Biblioteca de Alejandría.
Mientras leía, las palabras de Aristóteles resonaban en su mente: “La risa libera al hombre de la tragedia”. Sea cierto o matizable, lo cierto es que “el libro de la risa” (y otros textos de Hesíodo y Teofrasto), pudo salvarse de la tragedia del incendio, donde se suponía que se había quemado ese manuscrito, que se daba ya por perdido… El destino quiso que estos libros se salvaran bajo un olivo, donde ni el fuego ni el tiempo pudieron alcanzarlos, y no en una construcción humana destinada a preservar la cultura.