124. ¡Somos españolas!
Somos españolas. Aunque los documentos no lo prueben, nuestro ADN, sí .
Con mis hijas deseábamos encontrar pruebas de nuestra consanguinidad hispana.
Así supimos que mis abuelos, siendo chiquitos, tomaron con sus manitos las manos llenas de esperanzas de sus padres y subieron juntos a un barco.
La familia decía adiós a España para cruzar el océano, rumbo a América, donde iniciar una nueva vida.
Comenzaba el Siglo XX…
El puerto de Buenos Aires los recibió. Entonces, presintieron la buena ventura.
Descargaron con cuidado sus modestos equipajes, pues también traían algunas vasijas con aceite de oliva.
Y eligieron San Juan para vivir, un pueblo tan parecido a su lejana Andalucía. Aquí sembraron la tierra y crecieron sus hijos.
El tiempo pasó…
Cuánta ternura recordar a mi abuelita, mimándome con su “pan y oli”. ¡Un ritual tan feliz!
El olorcito del pan tostado, sopado en ese aceite espeso y verdoso, era una delicia!
Mi mamá también me lo preparaba… Luego, yo, a mis hijas…y ellas, a mi nietita!
¡Cinco generaciones!
Creo que, el sabor y el aroma entrañables del aceite de oliva están en nuestro ADN.
Y, aunque sin los documentos, con cariño y orgullo, elegimos decir:
SOMOS ESPAÑOLAS!