
01. Los ciclos
Anais Wolf
Volvió a primera hora de la tarde, tras siete días de implacable vuelo. Hambrienta, seca y endeble, con el cuerpo polvoriento y el aliento casi agotado. Había conseguido llegar a los lejanos olivos polvorientos, donde posar sus columbiformes patas, sobre una tierra arenosa, agrietada… ahora estéril.
Con su sediento pico, había logrado arrancar una escuálida rama y victoriosa regresaba a casa, donde él la esperaba.
Extendió su brazo por la ventana, la paloma se posó en su dedo índice, él la hizo entrar consigo en el Arca y entendiendo que las aguas se habían retirado para siempre de la tierra, y que ya nada, jamás, fructificaría, construyó un altar, miró al cielo e imploró un Diluvio.